El mantenimiento de las bajantes de aguas pluviales es un acto esencial cuyos objetivos son preservar el edificio pero también contribuir a la seguridad de las personas en caso de lluvias importantes. Recurrir a un profesional garantizará una intervención de calidad.
¿Por qué necesitamos bajantes?
En un entorno natural, la escorrentía de las aguas pluviales sigue el relieve y es gestionada por la capilaridad del suelo. En un entorno urbano, las aguas pluviales se evacuan gracias a los principios de construcción que permiten que las aguas pluviales vertidas por los edificios se canalicen hacia las redes públicas, generalmente enterradas. Sin embargo, el urbanismo actual se caracteriza por un desarrollo urbano cada vez más denso, lo que conlleva un mayor sellado del suelo, sobre todo en las ciudades. Una gestión de calidad de la evacuación de las aguas pluviales es una obligación para las comunidades y pretende controlar un fenómeno natural que puede tener rápidamente graves consecuencias.
Bajantes de agua de lluvia: principio básico
Por bajantes entendemos un sistema que ayuda a canalizar el volumen de agua de las precipitaciones. Se trata de tubos colocados verticalmente a lo largo de la fachada de los edificios, en el exterior o en el interior de los mismos. Están conectadas a los tejados mediante obras técnicas como canalones, cunetas, cajas de agua, salidas, bajantes, etc., todos los equipos que permiten la evacuación del agua de lluvia. Los canalones y los vierteaguas son de diferentes materiales (PVC, aluminio, zinc, acero…). Su función es canalizar, de forma gravitacional y natural, y guiar el flujo de las aguas pluviales procedentes de los tejados hacia la parte inferior del edificio y conducirlas así hacia las redes de alcantarillado subterráneas específicas (diferentes de las aguas residuales), los sistemas de retención o rechazarlas directamente al suelo para que sean absorbidas. Todas estas obras de drenaje en el tejado deben estar equipadas con un dispositivo diseñado para detener los desechos (papel, hojas, etc.) capaces de obstruir los bajantes en particular. Este dispositivo, o tubo de desagüe, debe permitir la evacuación del agua superficial del revestimiento de impermeabilización así como la que pueda circular en el espesor de la protección, sin arrastrar ninguno de los materiales que la componen.
¿Por qué hay que mantener los bajantes?
Las bajantes son una garantía para la seguridad del público, es decir, de los usuarios y residentes de los edificios que equipan, pero también para la durabilidad de los propios edificios. En efecto, un mal mantenimiento o una falta de mantenimiento de los bajantes de aguas pluviales puede provocar infiltraciones de agua o incluso inundaciones muy perjudiciales para los bienes y las personas. En caso de obstrucción de los bajantes, existe un alto riesgo de que las terrazas del tejado se carguen y causen daños a la estructura del edificio.
Mantenimiento de bajantes
La limpieza profesional de bajantes consiste en algunos puntos básicos pero esenciales:
Este trabajo completo consiste en prevenir cualquier obstrucción de las redes de bajantes y en evitar cualquier riesgo teniendo en cuenta la presión que los volúmenes de agua generan rápidamente sobre las obras y que puede conducir a su ruptura. Así, la falta de mantenimiento a lo largo del tiempo puede llevar a una operación de reparación importante.
¿Por qué llamar a un profesional?
Para una empresa, una autoridad pública o un establecimiento que recibe al público, el mantenimiento de los bajantes de aguas pluviales suele estar incluido en un contrato anual relativo al mantenimiento de las cubiertas o la impermeabilización de los tejados. El mantenimiento de los canalones y cunetas también puede gestionarse de forma ocasional, pero debe renovarse regularmente, sobre todo si el entorno inmediato del edificio tiene muchos árboles.
Como administradores de propiedades, las autoridades locales, los arrendadores sociales y las empresas privadas suelen tener este tipo de contratos de mantenimiento de tejados; contratos que a veces son incluso impuestos por sus compañías de seguros. Recurrir a un profesional permite demostrar que el mantenimiento se ha realizado según las normas del oficio.
También es una buena garantía de una intervención segura. En efecto, estos trabajos se realizan en altura, ya sea en un domicilio particular, en una gran nave industrial o en un edificio, y deben ser realizados por profesionales cualificados para este tipo de operaciones y que conozcan las normas de protección y el uso de los equipos de seguridad individuales o colectivos.
Más allá del necesario mantenimiento del sistema de gestión de las aguas pluviales y de la reparación de los elementos dañados, el profesional podrá asegurarse de que las bajantes de los equipos de evacuación de las aguas pluviales de los tejados estén bien dimensionadas y en número suficiente en función de la superficie del tejado susceptible de recibir las aguas pluviales, incluso en caso de fuertes tormentas.
El profesional de mantenimiento también está cualificado para identificar cualquier otro trastorno en los elementos del tejado, la impermeabilización o los materiales de la cubierta, y puede realizar un diagnóstico completo.
Su intervención y sus consejos son un medio eficaz :
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