La instalación de paneles fotovoltaicos es una forma de actuar concretamente para la transición energética; es una inversión que permite combinar el interés financiero y el interés medioambiental.
Disponer de un edificio equipado con una planta fotovoltaica le permite producir la totalidad o parte de sus necesidades energéticas. Una instalación de autoconsumo es especialmente interesante cuando el consumo está sincronizado con la producción.
El autoconsumo puede ser individual, pero también colectivo. En este caso, la energía producida por una instalación fotovoltaica se distribuye entre varios consumidores situados en el mismo edificio o en varios edificios geográficamente cercanos.
Disponer de una fuente de energía gracias a los paneles fotovoltaicos permite reducir la dependencia de la red eléctrica nacional y las fluctuaciones de los precios de la energía. Es una de las soluciones para controlar sus facturas de electricidad.
En el caso de las instalaciones conectadas a la red, la energía producida por los paneles fotovoltaicos (medida en kWp) puede venderse en su totalidad a un proveedor de energía con obligación de compra (EDF, empresa local de distribución). De este modo, se obtiene un nuevo ingreso financiero.
La venta total se realiza a través de un contrato de compra con una duración de 20 años con el proveedor de energía.
La venta puede ser total para aquellos equipos conectados a la red, pero también parcial con la venta del superávit no consumido para una instalación solar en autoconsumo.
El precio de compra depende del tipo y la potencia de la instalación.
Las superficies no explotadas, como los tejados de los edificios o los terrenos no urbanizados, pueden utilizarse para crear valor.
La normativa en materia de construcción está evolucionando, con la exigencia de que los edificios no sólo consuman, sino que también produzcan energía y, a ser posible, que ésta sea positiva (BEPOS).
En estas condiciones, la instalación de paneles fotovoltaicos en el tejado o en la fachada es una forma de formar parte de las futuras normas de construcción y de aumentar su valor al mejorar uno de los principales criterios de calificación futura.
La ley del 8 de noviembre de 2019 relativa al Clima y a la Energía impone nuevas obligaciones en materia de nueva construcción y amplía las obligaciones de la ley Biodiversidad de agosto de 2016.
Cada proyecto de construcción de ciertos edificios cuya cubierta es superior a 1000m ² debe integrar en sus obras, un dispositivo fotovoltaico o un sistema de vegetación sobre un 30% de superficie mínima de su.
Obligación de este con respecto a a:
En el futuro, estos edificios no residenciales no sólo serán grandes consumidores de electricidad, sino también unidades de producción eléctrica.
El objetivo de Francia es alcanzar la neutralidad en carbono en 2050..
Por ello, la sustitución progresiva de los combustibles fósiles por las energías renovables, y en particular por la energía solar, debe producirse en los sectores más consumidores de energía. Con más del 40% de la energía consumida en Francia, el sector de la construcción es uno de los que más consume y, por tanto, se está convirtiendo en uno de los sectores clave de la política energética.
Numerosas medidas apoyan la renovación energética de los edificios existentes (certificados de ahorro de energía, préstamos ecológicos a tipo cero, etc.). La instalación de paneles fotovoltaicos en grandes edificios, nuevos o existentes, pero también en el tejado de la propia casa, es una de las formas de contribuir eficazmente a esta necesaria transición energética.
La creciente demanda de asesoramiento por parte de los concejales sobre las medidas a tomar ha confirmado la creciente concienciación de esta necesidad y el interés por las soluciones fotovoltaicas. El aumento de las solicitudes de conexión y de la producción de electricidad solar es importante y debería acelerarse en los próximos años. El panel fotovoltaico se está convirtiendo en un componente cada vez más sistemático en la construcción.
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